28 Sep de celebración en París
Cuando hace un mes reservamos el fin de semana del 19 de septiembre, para disfrutar de 3 días en la Ciudad de la Luz, con mi mujer y mi hijo, celebrando nuestro primer año de casados, no podía pensar que el viaje, el desplazamiento en sí, tuviese tantos avatares.
Desde hace cinco años, cuando quiero viajar, suelo organizar mi propios viajes, y, casi siempre, lo hago a través de Atrápalo, no por simpatía, sino simple y llanamente, porque son de fiar, algo importante, a la hora de hacer una compra de un viaje en Internet.
Sin embargo, y una vez que empiezas a contratar el viaje, me pregunto por qué Atrápalo no informa, con más detalle, a sus viajeros, cuando van a volar a una ciudad como París con una compañía de bajo coste, como en nuestro caso fue Ryanair, aterrizando en una aeropuerto como Paris Beauvais.
La hora de salida del vuelo, se retrasó más de una hora, simple y llanamente, porque el avión no llegaba (ese día hacía buen tiempo en Madrid). El paso de unas turbulencias con nubes normales, de las que ves en cualquier vuelo, me pusieron el estómago del revés. El aterrizaje, como los de Aterriza Como Puedas, pero sin ningún tipo de risa, con botes del avión de un lado a otro de la pista (tiempo meteorológico en calma, mucha calma). El pequeño aeródromo, por llamarle de alguna forma, es un caos, y además a 80 kilómetros de París, con lo que debes tomar un bus, que al menos ante tanta desilusión, circula con mucho acierto.
El vuelo de vuelta, mejor dicho el momento de facturar para poder subir al vuelo, sinceramente de aeropuerto tercermundista. Un mostrador para facturar a 250 personas que vuelan en un Boeing 737 a Madrid. Al mismo tiempo otra compañía facturaba para un vuelo a Timisoara, con una celeridad que he visto en pocos aeropuertos. No sé, ese día debió tocarnos la mala suerte que alguna vez te toca en la vida.
He viajado a aeropuertos pequeños, como Ciampino (Roma) donde, por cierto el transporte a la ciudad no cuesta los 15€ que nos costó en París, Pamplona,San Sebastián, Luton o Santiago de Compostela, pero lo visto en este de París clama al cielo.
Capítulo aparte merecen todos los pasajeros, de este vuelo o de otros que he realizado en los últimos 7-8 años, desde la aparición de las compañías Low-Cost. Nos podrá gustar más o menos que el máximo peso a facturar sea de 15, 20 o 25 kilogramos, pero debería ser algo a respetar por quienes pretenden volar en esas compañías aéreas. Una cosa es pasar el peso en un kilo o dos, y otra muy diferente lo que compruebo siempre que vuelo con estas líneas aéreas: hay mucho listillo que trata de colar el doble de peso, y arreglar el trámite del sobrepeso, en España hablando español, puede suponer unos minutos de retraso para el siguiente viajero, pero en un país extranjero, sin tener ni idea de inglés o francés, cuanto menos, en nuestro caso, hizo que en Paris, subiésemos los penúltimos al avión. A este tipo de viajeros, que por otra parte tratan de subir maletones enormes a la cabina del avión, deberían penalizarlos de alguna manera. Una cosa es que el vuelo sea de bajo coste, pero otra muy diferente es hacer la vida imposible al resto de los viajeros. Comprobé como los mismos viajeros tenían los mismos problemas en Madrid-Barajas y en París, con el consiguiente sobrecargo de precio que les hicieron.
Finalmente, conociendo la reputación de Atrápalo con las cadenas hoteleras que trabaja, pensaba que el hotel, Abba Montparnasse, de la cadena española Abba, sería tal y como se especifica en la web del buscador de viajes. El hotel cumplía todas nuestras expectativas, en caso de viajar sólo, sin embargo cuando lo haces con un niño pequeño, al menos, pienso que al hacer la reserva, los buscadores de hoteles o vuelos deberían darte alguna opción alterna, algo parecido a lo que hace Google Instant, al realizar una búsqueda de un tema.
Sin embargo Abba Montparnasse, hotel del que por otra parte, unos días después conozco que es utilizado por la compañía aseguradora en que trabaja uno de mis hermanos, para pernoctar en la capital francesa, cuando tienen reuniones con sus accionistas, para familias no me parece el más indicado. En estas fechas no disponía de aire acondicionado. Respuesta: el 8 de septiembre se apaga la máquina de frío. No pedía que se pusiese en funcionamiento, porque yo tuviese calor una noche. Las tres noches que estuvimos en París hacía calor, más si cabe cuando nuestra habitación, en forma de ático, estaba en una quinta planta, que, por otra parte, sus ventanas daban a la calle, con el consiguiente ruido de un barrio tan populoso como Montparnasse.
Sencillamente, para viajar con niños, si hay cambios meteorológicos, si tienes que llevar carritos, varias maletas, os desaconsejo volar con compañías low cost a Paris. Al final el ahorro de costes que supone ese tipo de vuelo, con los transportes hasta tu hotel, supone un coste muy superior al que tendría volar a Orly o Charles de Gaulle con una línea aérea de mayor coste por vuelo.
Visitar París es siempre un acierto, una ciudad que respira de una forma muy diferente a otras ciudades europeas. Estos inconvenientes no han supuesto pasar unos días malos, sino todo lo contrario. Nuestra celebración en Notre-Dame fue como habíamos planeado. Sin embargo para la próxima, sea dónde sea, miraré con qué compañía aérea volamos y a qué aeropuerto nos dirigimos.
y tú, querido lector, cuéntanos tu experiencia con este tipo de compañías low-cost, en tus vacaciones, en tus viajes… etc….
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