17 Ago ¿Es de otro planeta?
Hace un año, un chiquito jamaicano, Usain Bolt se presentaba a una de las pruebas más importantes del atletismo, los 100 metros; corría en aquella ocasión cerca de su compatriota, Asafa Powell, y rodeado de velocistas americanos, canadienses, etc.
Es, junto a los 1.500 y el salto de longitud, una de las pruebas que mayor expectación levanta, ya sea en unos Juegos Olímpicos, en unos Mundiales, o en cualquier Meeting que se celebre, a lo largo y ancho del planeta. En muchos círculos se dice que en la carrera del hectómetro, corren los más rápidos de la tierra.
En otra época, Los Ángeles´84, Carl Lewis corría los 100 y los 200 metros, además de participar en salto de longitud, y el 4×100. Durante mucho tiempo, el equipo americano ganaba carrera tras carrera. En alguna ocasión caía un record del mundo. Más tarde, aunque ya despuntaba por entonces, apareció la figura de Ben Johnson, que sin embargo fue efímera, y se le desposeyó de records y victorias por su dopaje.
Desde el verano del año pasado, en los Juegos de Beiging, ha surgido una figura de la velocidad. No sólo gana, sino que lo hace con autoridad aplastante, a veces incluso insultante, y sobretodo baja los record cada vez que salta a una final de velocidad. En Beiging dejó el crono en 9.69, una marca estratosférica, de otro planeta, de otra galaxia; una carrera, en la que ganando, se permitió el lujo de mirar a sus rivales.
Casí 12 meses después, en los Mundiales de Berlín, concretamente en la tarde noche de ayer, 16 de agosto de 2009, Usain Bolt volvía a una final de 100 metros. La expectación era de las que hacen historia, y una vez más, Bolt no defraudó.
Bolt, en esta ocasión, bajo su propio record mundial alcanzado en los JJOO del verano pasado, para dejar una marca de otro planeta, 9,58 segundos.
Para quienes nos apasiona la velocidad, sea en moto o en automóvil, ver galopar a semejante máquina es una de las cosas más espectaculares que existen. Pero, por encima de todo, ver correr a un chaval que se dedica a su familia, al que no se le ha subido la gloria, y, que por encima de todo, sigue amando a su pais, Jamaica, y su familia, hace pensar mucho.
Da mucho que pensar, Usain Bolt se ha convertido en referente de muchos niños, que empiezan a despuntar en esto del atletismo. Sabemos que no es de otro planeta, simplemente, es un chico que sabe lo que quiere, y que lucha por conseguirlo. El dinero es importante, ayuda, pero no da la felicidad plena.
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