09 Sep VY 1006
hoy vuelvo para Madrid y salimos en hora, ósea que sí todo va bien en menos de una hora estaremos en casa. Camino al Prat en taxi, me ha tocado uno de esos que se quejan de todo, que sí el tripartito, que sí ZP, que sí los guardias, los radares en la Ronda de Dalt, y… sobretodo que sí, en general los demás no respetamos a los taxistas en su forma de trabajar. Como siempre he manifestado, todos debemos colaborar en aras de una sociedad más cívica. Pero todos, sí, sí, todos.
Hoy quería hablar de algunos que sí buscan ese civismo, pero no solo en tierra, sino también en los cielos. Hablo de la tripulación del vuelo Vueling VY1006 Barcelona-Madrid. Los dos pilotos, el sobrecargo, y las tres azafatas, se hacen este vuelo 2 o 4 veces al día, y tienen que aguantar, seguro, en alguna ocasión, yo creo que más de una, al típico borde, pesado, miedoso o chulo que se sube a un avión de vez en cuando. Como no podía ser la excepción, en este vuelo va uno de esos. Todos, en nuestro sano juicio, solemos volar facturando los equipajes grandes o llevamos equipaje de mano (pequeño) sin facturar. Yo he volado para ir a esquiar y, jamás, se me ocurrió subir los esquíes al avión, como al tipo que en este vuelo ha subido una súper guitarra eléctrica, sin facturarla, le han indicado donde ponerla, lógico, porque en los maleteros no cabía, y se mosque porque «su guitarra» vale mas que los billetes de 10 personas. Encima que te dejan no facturarla, gracias habría que dar por las molestias a los demás. El sobrecargo, un alemán con muchas tablas, se le nota, le trató con mucha delicadeza y respeto. A veces, cuando volamos, cuando viajamos en tren o en barco, cuando vamos por la carretera, deberíamos pensar, un poquito más, en todos esos profesionales que hacen que el trasladarnos de un lugar a otro, sea agradable y, hasta en ocasiones, divertido.
En alguna otra ocasión fue el piloto, el que más manda en la aeronave, de hecho la máxima autoridad, quien tuvo que dar un toque de atención a un pasajero; todos nos acordamos del pollo que montó Melendi, el cantante, en un vuelo Madrid-New York.
Desde aquí me gustaría lanzar un agradecimiento a todos esos profesionales, que todos los días, nos hacen mas llevaderos y agradables nuestros viajes en avión, o en cualquier otro medio de transporte. En especial a la tripulación del vuelo de Spanair.
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