15 Ene un muy buen periodista, un buen político, una gran persona
Cuando esta mañana retomaba la tarea de escribir en mi blog, aspecto que, desde la Navidades, tenía un tanto en segundo plano, he recibido la trágica noticia del fallecimiento de D. Antonio Fontán, a quien tuve ocasión de conocer hace ya algunos años.
Para quienes no sepáis quien es Antonio Fontán, os diré, que fue un sevillano de 86 años, amigo de la defensa de las libertades de éste nuestro pais, estudio la carrera de Filosofía y Letras, licenciándose en Filología Clásica; además de las carrera de periodismo. Fundo la revista La Actualidad Española, desde 1952 a 1956, y más tarde fue director de la revista Nuestro Tiempo comenzando poco después a dirigir el diario Madrid, que fue clausurado por la ley de prensa franquista.
Fue catedrático de Filología en la Universidad de Granada, en la Universidad de Navarra y en la Universidad Complutense de Madrid. Fue miembro del Consejo privado de don Juan de Borbón, y se da la circunstancia que fue, quien entrego a Don Juan Carlos la carta de su padre, en la que reconocía la legitimidad del reinado de su hijo. Don Antonio Fontan fue el encargado de velar por la salud académica del actual Rey de España.
Fue presidente del Senado en la primera legislatura de nuestra democracia. Además fue uno de los padres de la actual Constitución Española, y fue nombrado por Suarez, ministro de Administración Territorial.
Desde que en 1990 fundase Nueva Revista, se ha dedicado a hacer una defensa a ultranza de los valores de la constitución. En julio de 2008, en reconocimiento a su labor en favor de la libertad y la convivencia pacífica entre los españoles, el Rey Juan Carlos I le concedió el título de Marqués de Guadalcanal.
En unos de sus últimos actos públicos –la concesión a Guillermo Luca de Tena del Premio Calvo Serer en la edición correspondiente a 2006— el presidente de honor de ABC le dedicó estas palabras que resumen mejor que cualesquiera otras las características públicas de Antonio Fontán. Dijo Luca de Tena que “me atrevo a afirmar que la contribución de Rafael Calvo Serer y Antonio Fontán a la consolidación de nuestra libertades y de la democracia ha sido importantísima. Desde posiciones no siempre iguales, ambos dedicaron gran parte de su vida en busca de la reconciliación de los españoles tras la tragedia de la Guerra Civil y los cuarenta años del régimen del general Franco”.
La pérdida de Don Antonio Fontán supone la pérdida de un referente en la transición española. Cuando esta mañana he asistido a su velatorio, en el Colegio Mayor Castilla, al ver a algunos jurista de la talla de Antonio Garrigues, Manuel Jiménez de Parga, Rafael Navarro Valls, no he podido más que hacerme una reflexión muy simple: les debemos mucho a estas personas, tanto los que, siendo pequeños vivimos la Transición, como los que vendrán, somos hijos de la constitución del 78, y debemos un respeto a los padres de la misma. Y cuando un padre hace un comentario, por lo menos, debemos respetarlo. Antonio Fontán, no hace mucho tiempo, alertaba de los peligros que acechaban a nuestra carta magna, con la modificación de determinados derechos y libertades.
Esta mañana he tenido la oportunidad de ver, entre los asistentes al velatorio a muchos políticos, de muy diferente signo político, a algún miembro de la Judicatura, y del Senado, Presidentes y ex presidentes de Comunidades Autónomas, Coronas de flores de diversos gobiernos autonómicos, de SSMM los Reyes de España, de los Príncipes de Asturias, y un largo etcetera.
Se nos ha ido un excelente comunicador, un político que se dejó la piel por su pais, pero por encima de todo una gran persona. Sólo ver llorar a un buen amigo, Luis Pablo Tarín, su muerte, me lleva a afirmar que se nos ha ido una grandísima persona. Descansa en paz Antonio.
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