Una única bandera: GRACIAS - Enrique Martínez Bermejo
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Una única bandera: GRACIAS

Una única bandera: GRACIAS

Cuando era pequeño, como decía el pasado 8 de julio, recordaba escuchar los partidos de fútbol junto al transistor de mi abuela, corría la final del mundial del 74; contaba con 4 años. Durante muchos años mi abuela, forofa hasta la muerte de su Atleti, soño con el sueño imposible, que España ganase un mundial de futbol o algo similar. En 1994 nos dejó, después de escuchar muchas tardes de domingo a don Matías Prats, sin ver cumplido su sueño.

En diciembre de 1983, nuestra selección de fútbol hizo historia al ganar 12-1 a Malta, y clasificarse para la Eurocopa de 1984. Entonces llegamos a la final, y, por causas del destino, perdimos frente a Francia, con el famoso gol a Arconada. Poco después sufrimos el gol fantasma contra Brasil de Michel, que nos dejó a todos muy tocados, y que continuó con el codazo de Tassoti a Luis Enrique, el penalti de Queretaro, el fallo de Raul frente a Francia, el gol anulado contra Corea en el último mundial… Muchos de estos momentos futbolísticos los viví en primera persona junto a mi padre y alguno de mis hermanos. A él, sin ser un super hincha de ningún equipo, sin embargo, le gustaba tirar unos chuts con sus hijos, y desgañitarse y cada partido de la selección. Siempre quiso ver a su pais en los mas alto, y de nuevo no pudo ser.

Hoy, ayer, 11 de julio de 2010, será un día para enmarcar en un marco, en el marco de las vidas de muchos españoles, que tenemos un sentimiento de unión alrededor de nuestra bandera. Anoche comprobé, a través de varios medios de comunicación, la unión que existe entre todos por un motivo deportivo, que nos debería hacer pensar, para pensar en solucionar otras cosas, que, en estos momentos, nos traen por el camino de la amargura.

2010 se está convirtiendo en un punto de inflexión, no sólo a nivel político y económico, sino por encima de todo a nivel deportivo. Los españoles unidos a través de nuestra bandera, conseguimos títulos deportivos, al más alto nivel, Wimbledon y Roland Garros con Rafa Nadal, vuelta de éxitos para Fernando Alonso en Fórmula Uno, aunque, últimamente parece que no quieren que vuelva a estar entre los dioses del motor, la ascensión de Jorge Lorenzo, Toni Elías y pilotos de 125 en motos, la Copa Davis, etc, etc.

Y anoche llegó la culminación. El pasado 29 de junio de 2008, España, desplegando un juego que jamás le vimos, le disputó a Alemania la final de la Eurocopa. El pasado 7 de julio, hace 5 días, frente a Alemania, les volvimos a disputar la llegada, no al Olimpo sino a su antesala. Anoche 11 de julio, frente a la todopoderosa Holanda, incluidas sus malas artes y sus patadas, llegamos a la cima del deporte rey, a la cima del futbol.

Algunos periodistas, preguntaban anoche a los jugadores qué sentían, qué podían contar sobre el triunfo más importante de sus vidas. Todo eran agradecimientos. Sin embargo, un gesto, que puede resumir el sentir de un pais, que tiene sentimientos y que se emociona, es el de nuestro capitan, Iker Casillas. Un jugador, al que jamás le he oido una mala palabra, que salió de la cantera del Real Madrid, y que ha llegado al Olimpo del fútbol, no sólo a nivel de equipo (tiene muchos títulos ya), sino, como decía el sábado, «ganar un mundial sería la leche».

Ese gesto, en la entrevista que le hace su novia, la periodista Sara Carbonero, al finalizar la conquista del mundial de futbol dice muchas cosas sobre, no sólo la fuerza de estos jugadores, sino también la espontaneidad para hacer las cosas. Después de todos los palos que ha recibido, incluido el de Urbaneja, que me pareció vergonzoso, Iker se saltó anoche el protocolo, y besó a su novia.

Posiblemente, esta semana o más tardar la que viene, nacerá mi primer hijo, que anoche parecía dar saltos en el seno de su madre, cuando se me saltaban las lagrimas con el gol de Iniesta. Su padre, un servidor, ha visto ganar a su país un mundial de fútbol. Será difícil de olvidar. En la final de la Séptima Copa de Europa, con el gol de Mijatovich, se escaparon muchas lagrimas de emoción. Anoche salieron muchas más. Ese sentimiento, que muchos llevamos dentro, desde la pasada Eurocopa, llegó anoche a su culmen.

Ni con patadas, ni con juego sucio, ni con las peores mallurerías, ni con ayudas arbitrales, nadie ha sido capaz de parar el juego de España, bueno sólo uno, Suiza, que ni siquiera pasó la primera fase, en un partido en el debimos ganar por goleada, pero que da igual, porque somos los CAMPEONES DEL MUNDO.

Viendo, en las horas previas de la final, la ceremonia de clausura del mundial de Sudáfrica, se me ponían los pelos de punta, con sólo pensar que ibamos a jugar esa final soñada.

Y el estallido de júbilo llegó tras 117 minutos de juego, con el golazo de Andrés Iniesta. Han pasado 40 años, 11 mundiales, varias Eurocopas, para decir que no sólo somos el mejor equipo de Europa, sino el mejor equipo de fútbol de planeta. Hemos ganado a los mejores y nos merecemos estar en el Olimpo de este deporte llamado FÚTBOL.

Ahora nos quedan las celebraciones con los jugadores por las calles de Madrid. Ahora ya tenemos una estrella de campeones del mundo en nuestras camisetas. Tenemos al mejor guardameta del mundo, a la mejor defensa, a una media de lujo y unos delanteros de escándalo.

Vicente del Bosque ha recibido muchos palos en este mundial. Como bien él bien dice, este sueño empezó hace dos años en Austria, con la conquista de la Eurocopa. Cuando Vicente jugaba en el Real Madrid, hace más de 30 años, junto a figuras de la talla de Benito, Stielike, Juanito, Santillana, Miguel Angel, etc, etc, nunca se le recuerda una palabra de más.

He leido muchas críticas hacia el posicionamiento de los jugadores en este selección, qué si era mejor jugar con Cesc Fabregas, en vez de con Busquets o Xavi Alonso. pero lo cierto es que con esta filosofía hemos llegado a lo más alto, allí donde todo jugador y entrenador de fútbol sueña con llegar en su vida deportiva. Luis Aragonés lo hizo de fábula y Del Bosque lo ha hecho de lujo.

Convendría no olvidar, que don Vicente, con una filosofía muy similar, llevó al Real Madrid hasta lo más alto del deporte por equipos. Este mundial, para un tipo de la talla y humildad de Del Bosque, supone un premio, el PREMIO, el mejor de todos los premios: defendiendo los colores de su bandera, ganar un Mundial de Fútbol.

GRACIAS A TODOS, A TODOS LOS JUGADORES DE ESPAÑA, por habernos hecho sentir lo que sentimos anoche.

GRACIAS, GRACIAS, MUCHAS GRACIAS.

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