....y llego el esperpento - Enrique Martínez Bermejo
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….y llego el esperpento

….y llego el esperpento

Sirva de antecedente a este post que, aunque no viajo mucho, al menos últimamente, la actitud en si de dejar sus puestos de trabajo los controladores aéreos de España no es defendible bajo ningún punto de vista, y estoy en contra de ese tipo de actitudes.

Ahora bien el gobierno de este país ha sentado dos precedentes:

1. Ante situaciones delicadas, a la hora de negociar un convenio colectivo o unas condiciones salariales o laborales de un grupo de trabajadores, de esas profesiones llamadas sensibles, ha abierto la puerta a una sedición similar, quebrantando muchos principios que imperan en nuestro ordenamiento jurídico y democrático. Si ante una negociación laboral, del tipo que sea y con quien sea, el gobierno no llega a un acuerdo e impone sus tesis mediante decreto ley, es decir mediante «ordeno y mando», corre el riesgo de encontrarse ante una situación muy similar, de nuevo, a la del pasado día 3 de diciembre.

Desde luego ante la situación económica en que nos encontramos actuar ante sectores sensibles de la población trabajadora con chulería y despotismo no condujo a buen puerto. Es mas el gobierno se equivoca con esa política torticera del ordeno y mando.

2. Estableciendo la situación de estado de alarma, establecida en la constitución del 78 para casos de extrema gravedad, como fueron por ejemplo los atentados del 11-M en Madrid, se ha creado un precedente de difícil solución. Entre otras cosas porque asesorado por no se sabe muy bien quien, en el decreto ( una vez mas, ordeno y mando) que dictamina el estado de alarma, se mezclan muchos términos que cualquier jurista con dos dedos de frente habría hecho de una forma mas cabal, dictaminando alguna resolución mas acorde a Derecho.

Mas el esperpento, lejos de alejarse, ha llegado hasta un limite, ciertamente peligroso, al prolongarse el estado de alarma, que inicialmente debe tener 15 dias, hasta casi un mes mas, simplemente porque un ministro o ministros no se fían ni un pelo de los controladores, a pesar de haber firmado un documento para realizar su trabajo al 100 por 100, durante las Navidades, nada mas y nada menos que poniendo como testigo al Congreso de los Diputados, cámara de representación del pueblo español.

El Gobierno de Zapatero cava cada vez mas hondo, no solo su agujero sino el de muchos españoles, a los que de manera poco cortes, ha bajado los salarios, ha subido el IVA, ha retirado las ayudas de 425€ a trabajadores que no tienen paro ni trabajo o han retirado las ayudas a la maternidad. Por no hablar de la mas que posible subida de la edad de jubilación a los 67 años o la bajada de las pensiones.

Durante los últimos quince días he escuchado de todo, para bien y para mal: todos, si todos, llegamos a una conclusión unánime: los controladores se pasaron con ese plante laboral, nadie esta a favor de su actitud reivindicativa.

Sin embargo somos muchos los que pensamos que el gobierno se paso tres pueblos, pero no solo con los controladores, también con los funcionarios, los médicos y muchos otros que conocéis perfectamente. Esta situación se les escapa de las manos y prolongar la medida del estado de alarma hasta el 15 de enero, pasándose por el arco del triunfo la postura de los controladores, no ha sido la mejor solución, por mucho que el PP se haya abstenido en la votación.

Otros muchos abogan por el despido de todos los controladores, como me sugería un conocido hace unos dias, esgrimiendo argumentos del tipo… «moralmente no estoy de acuerdo con ZP, pero ha hecho muy bien con el estado de alarma, con las bajadas de salarios, con que cobren menos y, finalmente con que les despidan». Lo mismo podría yo pensar de esas empresas que han recibido encargos de trabajos a dedo por parte del gobierno, para terceros países afines a las tesis de ZP, que no son precisamente de la UE, sino de gobiernos en los que imperan el poder dictatorial.

Seria interesante, querido lector, que para no quedarte con una lectura parcial que leyeses dos posts de dos importantes analistas de nuestro entorno, Marc Vidal, que en Unanimidad Sospechosa, explica claramente la situación real de AENA y muchos de los interrogantes que se han suscitado en los últimos días, alrededor de las cuentas y la deuda de esta empresa pública y  a Melchor Miralles qué en su post «Sí, estamos en estado de alarma» deja muy claro cual es la postura de un gobierno anclado en el ya, tristemente famoso, ordeno y mando, y que no quiera obedecer que se atenga a las consecuencias.

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